Cuando una persona fallece, su patrimonio no solo incluye bienes y derechos, sino también obligaciones y deudas. En España, los herederos pueden verse obligados a asumir las deudas del fallecido, lo que puede generar situaciones complicadas si no se toman las decisiones adecuadas.
El patrimonio de una persona está compuesto por todos sus bienes, derechos y también sus deudas. Al fallecer, este conjunto de activos y pasivos se transmite a sus herederos, quienes pueden aceptar o rechazar la herencia.
Sí. La ley permite a los herederos aceptar o renunciar a la herencia. Existen tres opciones principales:
Aceptar la herencia de forma pura y simple, lo que implica asumir tanto los bienes como las deudas.
Aceptar la herencia a beneficio de inventario, limitando la responsabilidad de los herederos solo hasta donde alcancen los bienes heredados, evitando que su propio patrimonio se vea afectado.
Renunciar a la herencia, lo que significa que no se reciben ni bienes ni deudas.
Cuando hay varios herederos, la herencia se divide entre ellos, incluyendo las deudas. Si uno de los herederos acepta la herencia, se hace responsable de su parte de las deudas, aunque los demás herederos renuncien.
Antes de tomar una decisión, es recomendable:
Solicitar un certificado de últimas voluntades y el testamento, si existe.
Obtener información sobre los bienes y deudas del fallecido.
Consultar a un abogado especializado para evaluar las mejores opciones.
Aceptar una herencia sin evaluar sus consecuencias puede generar serios problemas financieros. Por ello, es fundamental conocer todas las alternativas disponibles y tomar una decisión informada.
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